
El hombre de negocios, el emprendedor, el que desea incursionar en un nuevo proyecto comercial tiene en la Biblia el manual de emprendimiento más completo y seguro que se haya escrito a lo largo de la historia. Fue Dios mismo quien emprendió el proyecto más ambicioso de toda la historia de la eternidad: “Crear al Hombre para Alabanza de su gloria”. En este proyecto, Él contempló para la vida del hombre, todos los aspectos necesarios, que lo pudieran guiar a alcanzar los planes divinos. Incluso desde antes de la creación del hombre, su desarrollo, su redención del pecado hasta su glorificación en la eternidad.
Por esta razón es que el hijo de Dios, el emprendedor, el hombre de negocio, debe conocer los principios bíblicos que sirven de base para el emprendedurismo de Reino.
El emprendedurismo tiene un propósito divino.
Génesis 1:28 detalla el propósito emprendedor del hombre. Dios al crear al hombre lo hizo con un propósito: fructificar, multiplicarse, sojuzgar y señorear a todos los seres creados por Dios.
Fructificar da la idea de producir algo, crear algo que obtenga buen resultado. No solo de reproducirse como hombre, sino también de dar ejemplo de buena conducta, buen relacionamiento, y buen ejercicio del trabajo de tal forma que en todos sus actos glorifique al su creador.

Multiplicar da la idea de reproducir en otros las características propias. Esto significa que cada persona debe transferir a sus pares y a la siguiente generación los valores que Dios puso en su vida.
Sojuzgar es una palabra muy antigua que significa dominar o someter a alguien con violencia, en especial al conquistar un territorio. Dios entregó la autoridad al hombre para dominar toda la creación, fue diseñado para ser amo y señor de la tierra. Con razón la expresión, “El reino de los cielos es de los violentos (Mateo 11:12).
Señorear da la idea de ser dueño de un objeto, animal o persona. También transmite la idea de dominio, control sobre algo, incluyendo las propias pasiones, “dominio propio”.
Dios condiciona el propósito del emprendedor, en 1 Corintios 4:1, 2 dice la Palabra de Dios que “el administrador debe ser hallado fiel”. Ser un emprender de Reino tiene así una condicionante: la fidelidad al cumplimiento de los propósitos divinos. Tú tienes un propósito divino para tu vida, puedes emprender grandes proyectos. Tu desafío consiste en descubrirlo y activarlo con fidelidad.
El emprendedurismo lleva al crecimiento personal.
En Génesis 37:1 inicia el relato de la vida de José. Jacob con toda su familia se estableció en la tierra de Canaán. José, el menor de sus hijos, pastoreaba las ovejas de su padre juntamente con sus hermanos. Pero, tenía una debilidad: contaba a su padre las malas conductas de sus hermanos. Esto le valió para que sus hermanos ya no le tengan paciencia y en consecuencia lo rechazaban.

José tuvo dos sueños. En ambos sueños Dios le mostró que José sería el salvador de su familia en tiempo de crisis. Esta idea llevó a los hermanos de José a tomar decisiones drásticas: primero, vendieron a José como esclavo, luego, dijeron a Jacob que una fiera mató a José. Sin embargo, Dios tenía un plan preparado para José que lo llevaría a un crecimiento personal tanto en carácter, profesión y liderazgo.
José creció en carácter porque de ser un niño mimado y dependiente de su padre pasó a ser un hombre seguro de sí mismo capaz de enfrentarse a los retos más desafiantes de la vida.
En cuanto a su profesión, José pasó de ser un esclavo, a ser el administrador del imperio más poderoso de la época: Egipto. Le tocó administrar una nación en tiempo de crisis satisfaciendo las necesidades propias del país como también las de otras naciones.
El liderazgo de José resaltó en medio de la crisis del reino egipcio. Gobernó con la autoridad y sencillez que le permitió el dominio sobre todos los asuntos del reino. Además, en ese tiempo pudo reconciliarse con sus hermanos y así liderar a su pueblo en esos tiempos difíciles.
Tú debes crecer en todas las áreas de tu vida. Debes crecer en carácter, profesión y liderazgo porque Dios tiene un plan que quiere desarrollarlo contigo.
El emprendedurismo crea los negocios para el reino de Dios.
Génesis 6 narra la vida de Noé, de cómo emprendió la construcción del arca “desde cero”. La maldad del hombre llegó al extremo de quebrantar el corazón de Dios, quien decidió borrar de la tierra a todo hombre, a todo animal y a todo ser vivo. Sin embargo, había un hombre que cumplía con los mandamientos de Dios: Noé.

Noé fue un varón justo delante de Dios, quien no corrompió su corazón con los pecados de los hombres de su entorno. Esto valió para que Dios le escogiera para emprender el trabajo más arduo y duradero que pueda emprender hombre alguno: construir un arca donde él, su familia y animales escogidos pudieran salvarse de la catástrofe del diluvio que vendría.
El trabajo de Noé fue intenso a lo largo de los 120 años que le llevó construir el arca. Además, tenía un entorno muy hostil que se burlaba de su trabajo. A pesar de estas circunstancias adversas, Noé logró terminar su tarea en el tiempo indicado por Dios. Noé, su familia y los animales escogidos pudieron salvarse de la destrucción que Dios envió sobre la tierra.
Noé dejó todo para emprender el negocio de Dios. Por sobre los intereses personales y familiares de Noé y su familia estaba los intereses divinos que trascienden el tiempo y el espacio: salvar a la humanidad del pecado. Esta convicción llevó a Noé a involucrarse en los negocios del reino de Dios.
Tú puedes emprender los negocios del reino de Dios. El reino de Dios requiere de hombres y mujeres emprendedores que inicien negocios para cumplir los planes de Dios y satisfacer las necesidades humanas.
El emprendedurismo fomenta la innovación laboral.
El ministerio de Jesús se caracterizó por la innovación que introdujo en las áreas de su tarea mesiánica. Innovó la enseñanza, el gobierno y el liderazgo.

Al enseñar lo hizo con autoridad, no como los escribas de la época lo hacían, (con vanas repeticiones) (Mateo 7:29). Las enseñanzas de Jesús estaban basadas en el Antiguo Testamento, pero le agregaba el plus de una vida totalmente consagrada a Dios. Su mensaje fue vida y poder. Cada palabra que pronunciaba tenía el respaldo de ser el Logos de Dios, la Palabra viviente, el Verbo hecho carne.
El gobierno de Jesús no se limitó a obedecer las leyes humanas, sino que ejerció el dominio aún sobre los espíritus inmundos (Marcos 1:27). Ningún ser humano, militar ni religioso, demostró tanto poder como el que ejerció Jesús.
El liderazgo de Jesús se basó en la autoridad del Padre. Cuando Jesús enseñaba, hacía milagros o se confrontaba con los religiosos de la época lo hacía con el respaldo total de su obediencia a los mandamientos divinos. Para Jesús, lo más importante era dejar bien en claro que Dios tiene el poder absoluto y que nadie puede sobrepasar ese poder y autoridad. Jesús mismo en su condición de hombre, se sujetó por completo para ser ejemplo a todos los que aceptan el Reino de Dios.
La innovación en el campo laboral quedó demostrada con las tareas que Jesús realizó durante su ministerio terrenal. Nunca hemos visto a hombre alguno hacer lo que el hizo en tan poco tiempo. Juan afirma en su evangelio, “Y hay también otras muchas cosas que hizo Jesús, las cuales, si se escribieran una por una, pienso que ni aun en el mundo cabrían los libros que se habrían de escribir” (Juan 21:25).
Convocatoria Agosto 2020Tú puedes emprender negocios innovadores para el reino de Dios. Así como Jesús vino a realizar su misión salvífica innovando en todas las áreas que le toco servir, tú puedes innovar en el campo en el cual desarrollas tus actividades personales, profesionales y/o ministeriales.
Por tanto, es vital que los emprendedores de Reino aprendan que el Emprendedurismo bíblico tiene un propósito divino, lleva al crecimiento personal, crea negocios para el reino de Dios y fomenta la innovación en todos los campos de la actividad humana.